volví el corazón de corcho.
Las lágrimas que no se lloran
nos roban la risa,
nos alejan de nosotros.
Amanecer descubriendo
que se secaron los ojos.
No saber ya ni cómo
unir los pedazos rotos.
Universo sin certezas,
lloviendo sobre llovido;
las maletas siempre listas
y la ilusión pendiendo de un hilo.
No es que no me ame,
solo que me he perdido.