SIN MEDIDA.

Quince versos no son nada,

no puedo contarlos,

como no se medir 

las ganas.

Recortar de mi reír,

escatimar en palabras,

llenar aun mas el cajón

de las cosas analizadas...

Me pides quince versos

y yo tengo seiscientas palabras.

Sólo nueve son verdades,

de esas, contrastadas.

No se medir al amar,

no se numerar mi alma...

VIVIR DE LAS GANAS.

Agarrarse al arte
como un dogma de fé,
transformarlo en tabla
para flotar con el.

Nuestra vocación nos nutre,
nos consuela y acompaña.
Es arruyo ante el frío,
es tempestad y es rabia...

Es la única bandera
y el precio de vivir 
de las ganas.

Agarrarse al arte 
como un dogma de fé.
Lo transformaremos en alas,
y volando nos vereIs.

DAME

Dame tu arte
y tu risa.

Dame luz,
dame todo tu duende.

¡Que quiero flamenco en mi alma!

Que quiero sacarme las ganas,
que quiero pintar de verde
mis rejas oxidadas.

PARA TI LIMPIO MI PECHO.

Me regalas tu sonrisa en la mañana, con tu cuerpo caliente aún de la noche y tu carita marcada por los pliegues de la sábana. 

Tomas el colacao tibio mientras ves los dibujos y yo te miro como si te descubriera por primera vez, sin saber como ha volado el tiempo tan deprisa y cuándo has dejado de ser mi bebé...

Agarro tu suave mano caminito a la escuela y sólo quisiera librarte de toda angustia y sinsabores, pero sé que eso te formará,tambien,como persona.

No puedo ser tan egoísta de interrumpir ni uno de tus pasos. Tan solo tener siempre mi pecho dispuesto para que encuentres en él refugio y consuelo.

DE MI CAMINO...

He vivido desde niña
soñando y fantaseando,
inadaptada a los estándares,
saltando desengaños.

He sanado,
he inventado,
he pintado de colores
y también he hecho daño.

Siempre he ido muy de prisa,
apurando cada trago.
He sentido culpa ajena,
he enfermado y he sanado.

He creído, desde siempre,
que esta vida es un regalo
y cada cual viene a ella
con la misión que le ha tocado.

He despedido a gente amada,
los he visto al otro lado;
he tragado sal en lágrimas,
los traigo de nuevo a mi lado.

He dado a luz de mi vientre,
he parido, he alumbrado.
El milagro de la vida,
el perfecto pecado.

Brújulas de mi camino,
bastón en traspiés y pasos.

Llevo en mi alma despedidas
que aún no he asimilado,
voy rompiendo cobardías,
madurez que se abre paso.

He decidido quererme,
seguir apurando tragos,
orgullosa de mi nombre,
de mi cuerpo
y de mi santo.

He decidido ser yo,
aunque sea complicado.